Albert Casals

Albert Casals

Nace en Barcelona, año 1945. A los 14 años comienza a estudiar pintura en la Escuela de Maestros Pintores de Barcelona alcanzando después de cinco años el Título de Maestro Pintor. Ingresa posteriormente en la Escuela de Artes y Oficios, antigua Lonja, ampliando estudios de Pintura con el profesor Pruna. Viaje a París para ampliación de técnicas y vivencias. Hasta 1966 se expresa en un expresionismo mágico (obras del Salón Museo del Toro) a partir de este momento concluye en una abstracción total, cambiando incluso de firma (de Albert Soler, apellido paterno, cambia a Casals). Ha viajado por toda España. Esto en posesión de diversas distinciones artísticas. Ha trabajado la pintura mural en Villa Cisneros, antiguo Sahara Español. Establece las diferencias entre el bien y el mal, ya que su arte se encuentra impulsado por la visión moral de la existencia de las personas y también por la relación que unas tienen con las otras. Quizás sea entre todos los presentes, el artistas el mas osado, entienden estos atrevimientos como una especie de protesta artístico-social en la que intervienen diversos factores emocionales. No busca ejemplificar el detalle, sino que resalta la actitud interior de un artista comprometido, en primer lugar consigo mismo, después con la sociedad. La obra de Casals dialoga con lo conocido, testimonia lo presente. A través de elementos abstractos y de rasgos informalistas que reflejan una dimensión más intemporal, el artista introduce elementos emocionales y filosóficos, un entrecruzamiento constante entre lo que fue, lo que es y lo que podría ser, una creativa fusión entre la historia de la tierra y de la humanidad, el pensamiento y el compromiso más firme con los derechos humanos que se ven limitados en nuestro contexto contemporáneo. Es su pintura, un grito por la vida a través de aquello que permanece, con el ímpetu expresivo de quien la aprecia por encima de todo, conservando la esperanza por un futuro mejor, y que también quedará inmortalizado en algún momento de esa fina, pero firme línea que conforma el paso del tiempo.