El artista nacido en Karlsruhe y graduado de la Escuela Camberwell de Arte Christa Goertz ha estado exhibindo con éxito en el país y en el extranjero desde 1978. Sus obras están representadas en numerosas colecciones privadas y colecciones públicas, como la Colección Suzuki de Tokio, la Galería Estatal de Arte en Karlsruhe, y el Sharjah Art Museum en los Emiratos Árabes Unidos. Christa Goertz ha expuesto en la Artium Art Gallery de Luxemburgo desde 1993. Es parte de mi naturaleza vagar libremente entre diferentes elementos estilísticos de la era clásica moderna, del realismo a la abstracción, a través de lo concreto. Para mí esto es la expresión de la libertad artística, la cual, junto con mi extenso y fascinante repertorio técnico, sirve para refrescarse, o bien para romper el realismo clásico. El estímulo para crear mis imágenes proviene de la observación sensitiva del entorno. La naturaleza me interesa en todas sus expresiones, tanto interna como externa, a la vez que resumo el debate sobre cuestiones existenciales. Las imágenes de Christa Goertz responden a la realidad del hombre, al mundo de las manifestaciones, a una manera multicapa, rica en relación, parabólica. Basta con unos momentos entender cuáles no son las imágenes: a saber, pretensión de la realidad, ilusiones virtuosas, ataques. El realismo de Christa Goertz no se agota en la reproducción artística de la realidad. Más bien, es un pretexto, es un medio para practicar en la percepción sensorial, la mediación de cualidades sensuuestras. En este sentido, tiene un significado sensorial. Este proceso también ilustra el desarrollo de la superficie de color abstracto al objeto tangible. Más allá de esto, al reunir pintura abstracta y representativa, puedo vivir toda la gama de mi voluntad de expresar. Sensible en el sentido de la materialidad, como una flor de rocío, el estímulo superficial de los restos de color crusty, una hoja ondulada con sequedad, pero también en la percepción de un reflejo borroso en el agua. Con esta intensidad, creo imágenes de la naturaleza experiencias hápticas y visuales. La pintora ve a sus palomas como una ambigua portaaviones en el campo de la tensión entre los dos niveles de realidad. La interpretación en gran parte naturalista de las palomas las hace tangibles como una metáfora de la criatura herida por excelencia. (Goertz). En el segundo nivel, la forma de presentación contrasta con el espacio circundante respectivo. Una vez más Christa Goertz (citado por catálogo: Una paloma no es una paloma). Submolido por el estado superficial del portador de la imagen por medio de arena, plumas, hojas y residuos de flores, doy pistas de cosas que no tienen descanso de vida en ellos o sólo lo recuerdo.

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