Kata Soós

Kata Soós es una artista polifacética. Es pintora, antropóloga cultural y también cineasta. Sus obras son enigmáticas, no se rinden fácilmente a nuestras interpretaciones. Necesitamos tiempo para desentrañar el punto de vista artístico de Kata. El tema de sus pinturas son los objetos de nuestra vida cotidiana: lavabos en mal estado, espacios de hospital, bolsas de papel: el entorno aparentemente poco interesante que nos rodea. Kata Soós se interesa por lo no trivial detrás de lo trivial. Es una auténtica antropóloga. El Otro y ella misma como artista están en el centro de sus películas: cómo ve al Otro o cómo el Otro se deja ver. Los seres humanos en realidad no están representados en sus pinturas, sin embargo, es la vida humana lo que ella intenta explorar. El hierro está caliente, los recipientes están sucios, por lo que acabas de estar en el lugar un momento antes. Soós puede agarrar el fragmento de segundo del que casi nadie es capaz: el momento del paso. Acabas de desaparecer de la imagen. Kata es capaz de pintar tu o mi ausencia, y yo, que te busco, puedo encontrarte a ti ya mí frente a la cabina telefónica o en la cama del hospital o ante el macizo de flores solitario. Los temas de su serie son los uniformes que cubren el espacio, las personalidades y las singularidades. En sus obras, aborda objetos ordinarios, banales, rígidos. Se ha ocupado de situaciones de la vida altamente reguladas, ritualizadas, repetitivas y funcionales. Inicia su proceso con inmersión y observación. Su actitud como artista está impulsada por la curiosidad y el deseo de comprensión. La obra de la pintora Kata Soós lleva al visitante a un reino aterrador y desconocido, pero a la vez esperanzador, el del hospital, y nos plantea una posibilidad: puede haber vida más allá de las paredes. Las escenas de hospital de Kata Soós capturan la sensación de miedo, la espera tensa y la fugacidad. ¿Qué le espera a uno dentro de las paredes? ¿Sufrimiento, redención, lucha, alivio, muerte o curación? El color blanco penetrante y cegador de las imágenes es inquietante, pero transmite una sensación de renovación y purificación. Este mundo ya no es el entorno familiar. Está dominado ahora por reglas que dictan a ciertos jugadores que deben dominarse a sí mismos para volver a existir. Las imágenes nos invitan a sumergirnos en este mundo alienado y experimentar los ciclos que todos enfrentamos en nuestras vidas: crisis, miedo, incertidumbre, sanación y renacimiento.

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