Maria Carbonero

Vive y trabaja en Palma. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona en 1981, realiza su primera exposición individual en 1982 en Palma. Desde entonces, los rostros y las figuras femeninas se han convertido en el tema central de su obra, en la que ofrece perspectivas muy diferentes que confluyen en su mirada, la de la artista. El trazo grueso, los contrastes y la intensidad cromática definen su expresión. Ha expuesto en Mallorca, y fuera de las islas, en la galería Juana Mordó de Madrid (1985 y 1988), en la Sala Gaspar de Barcelona (1987), en el Forum de Düsseldorf (1990), en el Appiani Arte Trentadue de Milán (1995) y en el Palau de la Virreina de Barcelona (1998), entre otros. En 2010 tuvo lugar una retrospectiva de su obra en el Casal Solleric de Palma y en la Fundación Frax de Alicante. Su obra está presente  en colecciones públicas y privadas como “Sa Nostra”, Caixa de Balears, Museo de Bellas Artes de Álava y Govern de les Illes Balears. Es miembro fundadora del taller Ediciones 6a Obra Gráfica (1982). Pintó los seres desheredados toreros, las gitanas y las señoras de la noche como ya hizo su abuelo Pedro Barceló. Figuras de la élite del mundo político y financiero se dejaron ver en sus exposiciones de Mallorca. Es sobrina del pintor Josep Barceló Moner. El año 1995 es el inicio de una etapa fundamental en su carrera. Realizará su viaje al continente africano donde coincidirá con el artista Miquel Barceló en la ciudad de Mali. A partir de entonces sus cuadros recuperan el cromatismo incorporando los ocres, para representar los tejidos africanos y el rastro étnico de los pueblos que visita y sus mujeres; para sus retratos, a partir de ahora acentuará los rasgos, serán estos los famosos cuadros de mujeres africanas con labios muy grandes, grandes aros como pendientes, miradas penetrantes y ojos avellanados. Intercala obra más intimista de pequeño formato con cuadros de gran formato reclamados para ser expuestos en las mejores galerías europeas, Alemania, Francia, Italia y en toda la península. A partir del año 2000, después de su último viaje a Senegal, María Carbonero hace un giro hacia una pintura más expresionista, reposada y los motivos muestra un estado de mayor relajación, claro ejemplo serán la serie de cuadros en los que pinta a su gata Lola que se deja retratar apenas sin inmutarse. También son de esta época los cuadros de sus “nadadores”. Destaca su obra gráfica de gran belleza y que produce en 6A, su taller de grabación compartido con otros artista como Ramón Canet. En las últimas décadas ha recuperado el paisaje para sus cuadros con títulos como Arrabal, Azabache i Buba; e incorpora nuevos elementos sobre la superficie del cuadro. María Carbonero fue reconocida en 2010 como artista del año por la Conselleria d’Educació i Cultura del Govern de les Illes Balears.

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